El futuro es más frío: La distribución de productos farmacéuticos en la era de las vacunas de ARNm

10th marzo 2022

“Es plausible pensar que Europa se acerca a una especie de final de la pandemia”. Esas fueron las palabras de Hans Kluge, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras se calcula que la variante ómicron podría haber infectado al 60% de los europeos para marzo de 2022, con el resultado de una mayor inmunidad grupal.

Pero¿qué sucede con las regiones con unos niveles de ingresos inferiores? A primera vista, también en este aspecto ha habido unos avances impresionantes y la GAVI, la Alianza para la Vacunación, informa de que el COVAX (Fondo de Acceso Global para Vacunas Covid-19) ya ha distribuido 1.000 millones de dosis de vacunas a 144 países, y tanto AVAT (Unión Africana para la Adquisición de Vacunas) como el COVAX esperan conseguir 720 millones de dosis para lograr una cobertura del 60% en África para junio de 2022.

Sin embargo, la realidad es otra:

  • Mientras que el 67% de la población de los países más ricos ha sido vacunada, en los países más pobres la cifra es más cercana al 5%.
  • En junio de 2021 solo el 10,4% de la gente de los países con ingresos bajos había recibido al menos una dosis y hoy en día, más del 40% de la población mundial aún no la ha recibido
  • El objetivo de la OMS de vacunar al 40% de la población de todo el mundo para finales de 2021 y al 70% para julio de 2022 actualmente parece “inviable”.

Todo esto en un momento en el que la fabricación de vacunas se acerca a los 1.500 millones de dosis al mes. Eso es suficiente para asegurar el cumplimiento de todos los objetivos si se sigue una distribución equitativa. Por eso motivo, la OMS ha declarado públicamente que: “No se trata de un problema de suministro, sino de un problema de asignación”.

Reinventar el futuro

Un aspecto básico de este “problema de asignación” es la falta de una cadena de frío a temperaturas ultra bajas suficientemente madura en las regiones de menos ingresos. Y también es un desafío acuciante, si tenemos en cuenta la fragilidad de las vacunas de ARNm, en las que el almacenamiento a temperaturas ultra bajas ayuda a ralentizar las reacciones químicas que pueden descomponerlas.

Además de eso, el desafío parece que va a aumentar de dificultad ya que las vacunas de ARNm se empiezan a aplicar para combatir otras enfermedades, del cáncer a la gripe, la malaria o el VIH. Esta tecnología está revolucionando el sector farmacéutico para dar lugar a una nueva era de la vacunología.

Por tanto, no es de extrañar que haya mucha gente que ya prediga que “el futuro es más frío”. Y como reconocen algunos de los principales actores de la cadena de frío, como Maersk, ahora tenemos la oportunidad de reinventar “un ecosistema de la cadena de frío de los productos farmacéuticos y sanitarios para el futuro”.

Una cadena de frío integral

Sin embargo, inspirar cualquier forma de cambio es una tarea repleta de complejidad. El motivo es que la mayoría de las vacunas siguen una ruta intricada desde la planta de fabricación al paciente:

  • Unos contenedores de refrigeración especializados las llevan del lugar de producción al puerto de entrada correspondiente por vía aérea, terrestre o marítima.
  • Una vez procesadas (lo que puede tardar hasta dos semanas) se suelen trasladar a un almacén de productos médicos centralizado (un viaje que puede durar hasta una semana o más).
  • Después de someterlas a controles de calidad adicionales, cada carga se divide en unidades para su transporte a regiones específicas, proceso que puede extenderse unos cinco días.
  • Luego los camiones trasladan las vacunas a almacenes fríos en depósitos regionales, locales o estatales, lo que suma más días al trayecto total.
  • A continuación, las unidades se dividen una vez más y se mandan a las instalaciones sanitarias individuales, un proceso que puede llevar de 1 a 14 días.
  • Por último, queda la distribución final a los centros de vacunación locales, conde se pasa del almacenamiento a temperaturas ultra bajas a refrigeradores locales y cajas de frío o similares a temperaturas de entre 2 y 8°C, que es cuando “el reloj empieza a correr” para un uso inmediato.

Soluciones existentes

Por tanto, es vital reinventar las prestaciones de la cadena de frío necesarias para optimizar cada fase de este proceso. Pero también es importante reconocer que esto no implica reinventar la tecnología implicada. El sector farmacéutico ya puede recurrir a soluciones avanzadas para ayudar a proteger la eficacia de las vacunas.

En este sentido, las soluciones para almacenamiento en frío de Thermo King están en la cabeza del proceso, ya que proporcionan el paquete completo de equipos frigoríficos y contenedores diseñados en exclusiva para el almacenamiento de vacunas, con productos que incluyen:

  • SuperFreezer: Unidades de contenedor de temperaturas ultra bajas que pueden alcanzar hasta los -70°C, la única solución que se puede usar para centros de distribución de vacunas tanto fijos como móviles (y, por tanto, para sustituir los refrigeradores locales).
  • Magnum Plus: Un contenedor que ofrece un control de la temperatura estricto en rangos que van desde los -40°C (en condiciones ambientales de hasta más de +50°C).
  • Genset: Un grupo electrógeno para suministro de energía que incluye unidades totalmente eléctricas con generador diésel, el refuerzo ideal para el transporte.

Definir las necesidades

Si el futuro va a ser frío, la tecnología sin duda desempeñará un papel protagonista. Trasladar vacunas, mantener los protocolos de las prácticas correctas de distribución del sector farmacéutico (GDP) y demostrar el cumplimiento son tareas que ayudan a conformar las cualidades por las que se juzga a cualquier equipo. En especial, si se despliegan en países menos desarrollados donde ya las propias infraestructuras de transporte suponen desafíos únicos.

¿Qué valores son por los que habría que juzgar a estos equipos? En nuestra opinión, los siguientes cuatro resultan críticos:

  • Flexibilidad: Mantener la posibilidad de aumentar y disminuir la capacidad de los contenedores, al tiempo que se puedan utilizar en escenarios diversos.
  • Capacidad: La División de Suministro de la UNICEF calcula que un país medio requiere entre 15.000 y 35.000 litros de almacenamiento en frío para llegar al 20% de su población. Un contenedor de almacenamiento a temperaturas ultra bajas como SuperFreezer de 3,05 m (10 pies) tiene una capacidad de 9.700 litros cargado por completo (o de unos 5.000 litros si se deja espacio para caminar por su interior y una altura de los productos almacenados accesible).
  • Fiabilidad: Suministrar la capacidad de refrigeración más alta posible junto con equipos diseñados para funcionar incluso en las condiciones más difíciles.
  • Transparencia: Facilitada por una supervisión remota en tiempo real para confirmar los registros de auditoría de la temperatura para cada vacuna.
  • Adaptabilidad: Poder emplear contenedores ISO resistentes y fáciles de apilar, con tamaños de 3,05 m a 6,10 m (de 10 a 20 pies) para adaptar la capacidad a la demanda.

Una tecnología de eficacia probada

Thermo King ha colaborado estrechamente con el sector farmacéutico y con los organismos sanitarios internacionales para ayudar en la distribución de las vacunas contra la COVID-19. Tenemos la confianza de que nuestras prestaciones de cadena de frío integral pueden ayudar a lograr una auténtica igualdad en las vacunas en la actualidad y en cualquier lugar.

Puede encontrar más información sobre nuestras soluciones para almacenamiento en frío aquí.

Loading...